Se trata de una de las excursiones más bonitas y emblemáticas de la Costa Dorada: el Camino de Ronda, remodelado recientemente y con unas vista espectaculares, bordea el Cap Salou. Esta ruta tiene un nivel de dificultad bajo y aunque el camino alcanza una altura máxima de 77 metros respecto al nivel del mar, con tramos que tienen una pequeña dificultad, la mayor parte del recorrido es practicable para todo el mundo., a través de pasarelas, escaleras y caminos que nos llevarán a gran parte de las calas y playas del Cap Salou.
El Camino de Ronda empieza al final de la calle Colón, justo en la explanada de los Pilones. Continuaremos sobre la pasarela de madera y poco después encontramos los restos de una construcción antigua, el «Lazareto», edificada en 1829, donde antiguamente aislaban las embarcaciones que provenían de zonas epidémicas y que conserva unos sólidos muros de varios metros de altura. Continuando la pasarela que bordea esta construcción a modo de zig zag, descubriremos una de las calas más acogedoras del Cap Salou, la Playa de Capellans, con sendas escaleras que dan acceso y un camino de adoquines medio sepultados por la arena de playa. Una vez superada la Playa de Capellans, hay que subir por unas escaleras con cierto pendiente para acceder a la Punta del Po-Roig.
Desde este lugar se disfrutan de unas vistas panorámicas inmejorables y es fácil imaginar cómo los barcos y las naves hacían parada obligada en Salou a lo largo de la historia. Salou cuenta con un puerto natural, que antiguamente era el único en la costa catalana desde el Cap de Creus hasta el Port Fangós, en el Delta de l’Ebre. Por esta razón fue elegido ya en el siglo XIII por Jaume I para concentrar en ellas las embarcaciones que debían conquistar Mallorca. Fueron innumerables las expediciones marítimas que salieron o llegaron a Salou, ya que este puerto natural les daba refugio en caso de temporal. Por la misma razón, siglos más tarde, especialmente el XVI, esta costa se acostumbró a la llegada de expediciones piratas que llevaron la ruina la antigua población de Barenys, y que hoy forma parte del municipio de Salou.
Posteriormente han sido muchos los acontecimientos históricos que ha protagonizado el puerto de Salou, desde la expulsión de los jesuitas hacia Italia, la llegada de la reliquia del brazo de Santa Tecla patrona de Tarragona, o la llegada triunfante del General Prim que venía de la Guerra de África y que fue recibido aquí con gran solemnidad y fiesta para los reusenses. En la cima de este espectacular mirador se conservan dos «nidos de ametralladoras» de la Guerra Civil española, que servían para prevenir un hipotético ataque por mar o un desembarco en la playa dels Capellans o en la Cala dels Llenguadets.
A continuación, bordeando un pasillo de arbustos, divisamos una de las playasmás bonitas y vírgenes de Salou: La Platja Llarga (Playa Larga). Esta playa se puede superar por la arena a roce de mar o por un paseo lleno de vegetación que la atraviesa por la parte de arriba. Justo después de esta playa se encuentra la zona de los Replanells, zona en la que finaliza la infraestructura del remodelado Camino de Ronda. A continuación la manera de bordear la costa se complica y el trazado pierde continuidad. Si os habéis quedado conganas de seguir caminando, una solución es ir a la Cala Crancs o ir hasta la Punta del Cavall, idílico mirador para repasar con la mirada todo el camino realizado.
En medio del Cap Salou encontramos un lugar de gran interés geológico, Cala Crancs, donde una serie de calas y playas de diversas dimensiones crean rincones únicos. Grandes rocas que se adentran en el mar y forman paredes naturales entre las calas, erosionadas de forma caprichosa por la fuerza del viento. Estas playas eran las preferidas por los piratas de la época, ya que hay documentados decenas de desembarco de estos antiguos malhechores, que buscaban cobijo y hacer esclavos entre los pueblos de esta entonces despoblada tierra.
A continuación, después de Cala Crancs, seguiremos el recorrido de unos 350 mts. hasta llegar al Faro de Salou.
El Faro de Salou: inaugurado en abril de 1858, dispone de una torre central de color rojo que aún hoy, día tras día, ilumina el golfo de San Jordi de la Costa Daurada. Disponía de una luz blanca alimentada por aceite de oliva, que podía divisar desde 14 millas. Dos torreros eran los encargados de hacerlo funcionar. Después, a medida que pasaron los años, la tecnología se fue implementando. Anexo se encuentra otro edificio que había sido ocupado por el ingeniero y el torrero. La restauración del lugar se ha realizado de una manera muy respetuosa con el entorno natural. Así, se pueden ver plantas autóctonas como la esparraguera, el pino blanco, el lirio de mar, el agave o el cerrillo, entre otros. Asimismo, tres miradores distribuidos a lo largo del recorrido permiten detenerse y disfrutar de la Costa Daurada con todo su esplendor. Uno de los más singulares es el mirador sur, desde el que se divisan las montañas de la sierra de Llabería. En este punto también se puede disfrutar con la visión de la veintena de aves marinas que frecuentan este lugar.
Tiempo estimado: 1 hora 15 minutos
Recorrido: 5,5 Kms.