Llegar a Siurana es descubrir una aldea encantadora en medio de un paraje formidable de cuento que trae consigo el recuerdo de asedios interminables y conquistas imposibles.
Situada en un risco inexpugnable encima del río, hicieron falta los caballeros de cuatro condes para someterla. Su castillo defendía una frontera infranqueable que se extendía del Coll de Balaguer a Tamarit de Gaià. Conquistada en el 1153, después de caer Lleida y Tortosa, fue el último reducto de la reconquista en Catalunya. Si miráis el precipicio que la rodea, descubriréis por qué no fue conquistada durante tres siglos y por qué el final fue tan trágico. Hoy en día, podemos contemplar un pueblecito encantador de casas y calles empedradas y los restos de la fortaleza sarracena, ubicados en la entrada del pueblo. A sus pies, un pantano de aguas limpias y tranquilas ofrecen la posibilidad de practicar todo tipo de deportes acuáticos.
El edificio más relevante de Siurana es la Iglesia, de estilo románico, que tiene una portada con un tímpano figurado enmarcado por tres arquivoltas de medio punto; éstas descansan sobre seis columnas con capiteles decorados con motivos diversos. Siurana está rodeada de lugares interesantes y desde el pueblo se puede disfrutar de unas vistas magníficas a la Sierra de Montsant, la Sierra de la Gritella y a las Montañas de Prades.
Destacar Siurana como referencia y destino para los escaladores y excursionistas. Sus legendarios acantilados son reconocidos en todo el mundo por la realización de estas prácticas. Siurana conserva, además, restos del castillo árabe, un establecimiento militar o “hisn” construido hacia el siglo IX como centro de control. Perteneciente a un amplio territorio bajo dominio musulmán y situado estratégicamente, esta fortificación cerraba el paso al núcleo urbano. Actualmente, se observan los efectos de una primera fase de rehabilitación gracias a la cual se identifican perfectamente sus límites perimetrales y las torres de defensa, entre otras partes.
La conquista de este castillo por parte de Ramón Berenguer IV fue planificada antes que las de Tortosa y Lleida, pero no se pudo completar hasta 1153. Una vez conquistado, pasó a manos de Bertran de Castellet y posteriormente a las de Albert de Castellvell. Sirvió como dote para las reinas catalanas, para garantizar pactos y empréstitos y también como cárcel de personajes de cierta categoría. Último reducto de la resistencia sarracena de Catalunya, el pueblo de Siurana queda enmarcado por la viva leyenda de una reina mora, convertida a día de hoy en la historia más anhelada por todo aquel que visita la zona.
Es una bonita aldea de casas y calles de adoquines donde destacan los restos de la fortaleza musulmana, que se encuentran en la entrada del pueblo, y la Iglesia románica de Santa María. A sus pies, un embalse de aguas limpias que permite realizar todo tipo de actividades acuáticas, el embalse de Siurana, que frena las aguas del río Siurana, principal afluente del río Ebro en las tierras de Tarragona. El Salto de la Reina Mora es un acantilado conocido con este nombre por la leyenda de Abdelazia, hija del valí de Siurana, que al llegar las tropas cristianas prefirió saltar al abismo del acantilado con su caballo que caer en manos enemigas. El caballo, al ver el imponente acantilado, intentó parar, pero el impulso fue tan fuerte que terminó cayendo. Hoy, al lado del precipicio se puede ver la marca profunda de la herradura del animal, creada en la misma roca cuando intentó frenar.
En el embalse se pueden realizar actividades deportivas como el piragüismo, kayak y barranquismo. También se pueden alquilar embarcaciones. Recomendamos realizar una excursión por la pista que rodea el pantano hasta llegar al Toll de la Palla donde en verano nos podremos bañar.
Situación: localidad situada al nordeste de la comarca del Priorat, en el valle del río Siurana, entre la Sierra del Montsant al oeste y las montañas de Prades al este.
Cómo llegar:
Podemos llegar a Siurana desde Falset por la N-420 hasta el Coll de la Teixeta e ir a Porrera por la TP-7401, y de aquí a la Venta d’en Pubill por la TP-7402, continuando hasta Cornudella por la C-242 y subiendo a Siurana por un camino asfaltado; desde Reus por la N-420 hasta el cruce de las Borges del Camp y por la C-242 hasta Cornudella y de allí a Siurana por un camino asfaltado, y desde La Granadella por la C-242 pasando por Ulldemolins.
Instalaciones: dispone de un restaurante, un hotel, un alojamiento rural, un bar, un refugio del Centro Excursionista de Catalunya y un camping-centro de actividades de escalada.